IWRG Arena Naucalpan
Son sueños las mas de las mas de las veces, que quedan en eso: en sueños infantiles que la vida se encarga de de convertir en otras realidades…
No es el caso de Adolfo Moreno Rocha quien, desde su etapa infantil, deseo dedicarse a tan noble actividad, como también, convertirse en luchador y ganar el apoyo (o lo contrario), de las multitudes que acuden a las arenas a emocionarse con espectaculares lances o el llaveo de los gladiadores.
Don Adolfo, nació el 20 de junio de 1920 en la capital hidalguense; la hermosa ciudad de Pachuca donde transcurrió su infancia entre el apoyo de sus padres, Don Casimiro Moreno Ruiz y Doña Hermelinda Rocha Gómez…Fue el cuarto de seis hijos producto de un matrimonio bien avenido que le inculco los valores humanos en forma tan sólida que lo caracterizaron en todas las etapas de su vida.
Muy Joven practicó la lucha olímpica y llego a ser campeón nacional de peso ligero en 1941, aunque hubo un antecedente en su infancia, cuando fue testigo asombrado de la primera etapa de la lucha libre en México, al presenciar en los teatros “Iracheta” y “Pineda” ( donde su mama trabajaba en las taquillas), las funciones organizadas por el promotor Salvador Lutteroth, lo que les permitió a sus diez años de edad admirar las hazañas de los grandes luchadores de la época…A los doce años se declaro ferviente partidario del Ciclón Veloz, su ídolo en aquellos días.
El alucinante deporte-espectáculo le gusto al grado de motivarlo a hacer ejercicio para conseguir lo que ya había sido su elección: convertirse en luchador profesional….”Además, desde niño era entusiasta practicante de la defensa personal, para enfrentar a los in evitables bravucones de la escuela”, recuerda el sonriente “Pirata”… En 1941, Adolfo Moreno se corono campeón de los Juegos Deportivos Nacionales de la Revolución y a los 22 años fue campeón de lucha olímpica en su natal Pachuca.
En esa ciudad empezó a luchar como “Caballero Verde” luego de abrírsele puertas por ser campeón nacional olímpico en la categoría de pesos ligero…
Su anunciado espíritu aventurero lo llevo a la gran capital en 1947… Trabajo con un pariente suyo, ingeniero de profesión, quien lo nombro bodeguero en una obra en construcción ubicada en Mesones y Pino Suárez, en el corazón de la entonces pequeña ciudad de México… Al poco tiempo de esto y ya instalado, trajo a su familia, pues a la sazón estaba casado con Doña María de Luz Madrid…
En 1945 inicia la trayectoria de un gran luchador que es “El Pirata” Moreno, se integra a las filas de la EMLL (Empresa Mexicana de Lucha Libre con Salvador Lutteroth González)
Dispuesto a escalar la fama, entreno en la tradicional Arena Coliseo de la ciudad de México, donde al ver su cualidades lo convencieron para abrazar el profesionalismo, actividad en que ya como “El Pirata” (nombre inspirado en esos terroríficos navegantes y aventureros descritos magistralmente por autores clásicos como Emilio de Salgari) debuto en 1953 como preliminarista en esa arena contra “El Jaibo” Gracia, a quien derroto luego de tórrido encuentro donde puso de manifiesto no solo su magnifica condición física y depurada técnica sino su valor, decisión y carácter que lo ha singularizado a través del tiempo…
Como El Pirata (nombre que, recuerda, le debe al referee German Rico) se caracterizó por la barba que solo le cubría el mentón, la cabeza rapada y una arracada en la oreja izquierda además del turbante donde lucia la calavera y los huesos cruzados, símbolo de aquellos feroces hombres del mar….
Ese triunfo y su impactante estilo rudo le permitieron formar parte del elenco de la empresa creada por Don Salvador Lutteroth en giras por diversas ciudades de la republica…
También se vio programado en la recién inaugurada Arena México donde salieron los contratos para ir al extranjero
“Pirata” y Conquistador del extranjero
Y, ¡cómo no!, entre 1956 y 1958 viajo a centro, Sudamérica y el sur de los Estados Unidos donde conquisto a la afición de aquellas naciones hermanas…
En 1957 un compadre suyo (Pedro Fernández Copca) que luchaba enmascarado como “El Caballero Tigre”, tuvo un contrato en Perú y los promotores le pidieron llevar al “Pirata” Moreno…
Fueron por tres meses fijos y tres opcionales, aunque por haber impactado mucho a la afición peruana, firmo contratos por seis meses más… Se convirtió en el ídolo a quien de odiaba, pero se admiraba por su estilo rudo e implacable… En Colombia, antes, estuvo seis meses cosechando triunfos donde quiera que luchara….
En Tierra de los Incas, “El Pirata” conquisto el Campeonato Mundial de Peso Completo al derrotar con la llave de su creación, “La Nave”, el hercúleo gladiador gallego Manuel Moza, quien ostentaba el cinturón de campeón europeo… En momentos transcendentes un solo movimiento se movía en la del mexicano: “el gusanito del éxito, el nerviosismo entrelazado del querer, el poder y el ser”, recuerda emocionado Don Adolfo.
De su estancia en tierras sudamericanas data la fotografía que ha inmortalizado el rostro de Adolfo El Pirata Moreno, obra de un fotógrafo alemán, que radicaba en la ciudad de Lima y, admirador del gladiador mexicano, imprimió la grafica que a partir de entonces sirve de marco ideal para la publicidad del rudo hidalguense…
En mas de 20 años como luchador profesional sostuvo por lo menos quinientos combates en los que se midió con grandes estrellas del pancracio como, “los hermanos” Black Shadow y Blue Demon, el singular Rodolfo “Cavernario” Galindo y desde luego, “El Santo”.
EL SANTO Y EL PIRATA MORENO DE GIRA POR PERU
Después de grandes éxitos en la Republica Mexicana parte a: Sudamérica, Centroamérica, El Caribe y el Sur de Estados Unidos, retorna a México en 1960
Continuara…
Texto Tomado del Libro
Misterios y Magia de la Lucha Libre
La Leyenda de Adolfo “El Pirata” Moreno
De Enrique Bringas López y Aleyda Bringas Hidalgo
De Venta en La Arena Naucalpan